Proyecto a punto de ser aprobado por Cámara de Diputados moviliza y provoca polémica
Un acuerdo entre dirigentes de partidos
políticos en la Cámara de Diputados aplazó hasta fines de abril la
votación sobre el proyecto de reforma del Código Forestal brasileño, que
ya lleva 13 años tramitándose en el Congreso Nacional brasileño.
La propuesta de cambios en el Código
Forestal se ha debatido durante años y ha causado enorme controversia
entre ambientalistas, la comunidad científica, así como representantes
de otros sectores de la sociedad brasileña, y los productores rurales de
todo el país. Estos últimos han propugnado las modificaciones, mientras
que ambientalistas y científicos argumentan que los cambios sugeridos
tendrán enorme impacto en términos de expansión de la deforestación
(inclusive en la Amazonia), agravamiento de la erosión de la diversidad
biológica y vulnerabilidad de los recursos hídricos de Brasil, que tiene
la mayor reserva de agua dulce del planeta (12.5%).
El primer Código Forestal brasileño fue
establecido por decreto 23.793 del 23 de enero de 1934, que fue derogado
por la Ley 4.771 del 15 de setiembre de 1965. Esta es la ley que
estipula el Código Forestal vigente y que está actualmente bajo
discusión.
La propuesta de reforma del Código
Forestal de 1965 fue presentada en 1999. Uno de los argumentos para la
reforma del Código Forestal se refiere a la situación irregular
experimentada por gran parte de las propiedades rurales brasileñas en
cuanto a las llamadas áreas de preservación permanente (APP), fajas de
tierra situadas en las orillas de los ríos.
El código de 1965 estipula que toda
propiedad rural debe dejar sin deforestar dos franjas mínimas de 30
metros de vegetación en las márgenes de los ríos y arroyos de hasta 10
metros de ancho. El cambio propuesto en el código estipula una franja de
15 metros (reducida, por lo tanto, a la mitad) en ríos de hasta 5
metros de ancho. Las APP que se encuentran en colinas, a su vez, podrían
ser sustituidas por determinados cultivos agrícolas.
Otro punto se refiere a la denominada
reserva legal, que es un porcentaje de propiedad rural que no puede ser
deforestada de forma alguna. La proporción de la reserva legal depende
del bioma. Según el código de 1965, la reserva legal estipulada es de
80% en la Amazonia, 35% en la región de sabana conocida como el Cerrado y
20% en las demás regiones. La propuesta de reforma del Código Forestal
disminuye significativamente la reserva legal.
La Conferencia Nacional de Obispos de
Brasil (CNBB) señaló en un comunicado emitido a fines del 2011 que “el
proyecto fragiliza la protección de los bosques hoy conservados,
permitiendo el aumento de la deforestación. Los manglares estarán
abiertos a la cría de camarón a gran escala, perjudicando a los
pescadores artesanales y los pequeños extractores. Las colinas perderán
su protección, sometidas a nuevas ocupaciones agropecuarias que ya han
mostrado ser erróneas. El bosque amazónico verá disminuida su
protección, con sus enormes tierras bajas abiertas a cualquier tipo de
ocupación, perjudicando a quienes hoy las utilizan de manera
sostenible”.
Impactos sobre el medio ambiente
Una importante advertencia de los
científicos se refiere a la afirmación de que las APP y las reservas
legales serían áreas improductivas, y por lo tanto deberían deforestarse
para dar paso a cultivos agrícolas. Los científicos señalan que los
polinizadores, por ejemplo, dependen esencialmente de áreas de
vegetación que se encuentran en las APP y reservas legales.
“La investigación científica confirma
los beneficios significativos de la polinización como servicio
ecosistémico para la productividad de cultivos importantes. Los
polinizadores pueden ser responsables de 50% de la producción de soja,
de 45 a 75% de la producción de melón, 40% de la producción de café, 35%
de la producción de naranja, 88% de la producción de anacardo, 43% de
la producción de algodón y 14% de la producción de durazno. En cuanto al
maracuyá, su producción depende enteramente de agentes polinizadores
bióticos”, afirman la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia
(SBPC) y la Academia Brasileña de Ciencias (ABC) en el estudio conjunto
titulado “El Código Forestal y la ciencia: Contribuciones para el
diálogo”.
El agrónomo José Carlos Perdigão,
presidente de la Asociación Jaguatibaia, que se dedica a la
reforestación de áreas de preservación permanente en el interior de São
Paulo, considera que el enfoque de la discusión sobre el Código Forestal
es incorrecto.
“El enfoque debería ser considerar las
áreas de vegetación permanente y reservas legales como fundamentales
para la protección de la biodiversidad y para la producción de agua.
Así, los agricultores que mantuviesen inalteradas las APP y las reservas
legales podrían ser remunerados por eso, a título de prestación de
servicios ambientales. Esto es lo más moderno. La biodiversidad y el
agua son la base de la vida, sin ellos no hay vida”, advirtió Perdigão.
El estudio de la SBPC y la ABC, las dos
principales instituciones que representan a los científicos del país,
mostró que actualmente existen en Brasil 61 millones de hectáreas —cerca
del 20% de la superficie ocupada por las propiedades rurales— de
tierras degradadas que podrían ser recuperadas y utilizadas en la
producción de alimentos.
“Hay conocimientos y tecnologías
disponibles para esta recuperación”, dice el documento. “En este sentido
destaca la reciente iniciativa del gobierno federal a través del
Programa Agricultura de Bajo Carbono (ABC), que aprovecha el pasivo de
las emisiones de gases de efecto invernadero y lo transforma en
oportunidad en la producción agrícola y en la prestación de servicios
ambientales. Sin embargo, a pesar del gran mérito de esta iniciativa, es
necesario un esfuerzo político mucho más grande”.
Idas y retrocesos
El 24 de mayo del 2011, el proyecto de
reforma fue aprobado en la Cámara de Diputados por 410 votos a favor, 63
en contra y una abstención. La aprobación contó con 46 votos de
representantes del gobernante PT, más el apoyo masivo de otros grandes
partidos, como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB),
el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el Partido de la
República (PR) y los Demócratas (DEM). Luego la norma fue llevada al
Senado, donde se incluyeron cambios. Y ahora, en su fase final de
tramitación, el proyecto volvió a Diputados cuya votación está prevista
para fines de abril.
Se votará el texto del nuevo relator, el
diputado Paulo Piau, del PMDB, que, según evaluación de los
ecologistas, retoma lo que había sido aprobado por Diputados y no toma
en cuenta las modificaciones del Senado. El texto del relator elimina,
por ejemplo, lo que estaba establecido en el artículo 1 del texto del
Senado, que establecía “el compromiso soberano de Brasil con la
preservación de sus bosques y otras formas de vegetación nativa, la
biodiversidad, el suelo y los recursos hídricos”.
El artículo 1 del texto de Piau sólo
indica: “Esta ley establece normas generales sobre la protección de la
vegetación, adopta disposiciones sobre las áreas de preservación
permanente y las áreas de reserva legal, define reglas generales sobre
la exploración forestal, el suministro de materias primas forestales, el
control del origen de los productos forestales y el control y
prevención de incendios forestales, y prevé instrumentos económicos y
financieros para el logro de sus objetivos”.
Con la cercanía de la votación final sobre el proyecto de reforma del Código Forestal la controversia tiende a aumentar.
“Cualquiera que sea el texto que reciba
la presidenta Dilma [Rousseff] de manos del Congreso, contendrá
estímulos para más deforestación y amnistías. Que la manifestación de
hoy, junto con las que se han producido en varios otros lugares de
Brasil a lo largo de esta semana, haga que la presidenta recuerde que
prometió a todos los brasileños durante su campaña electoral, vetar
cualquier cambio en el Código Forestal que permita más deforestación.
Aquí estamos hoy reclamando que cumpla su palabra”, dijo Márcio Astrini,
de la Campaña Amazonia de Greenpeace, con motivo de la manifestación
que reunió a más de 1,500 personas, el 7 de marzo, en Brasilia frente a
la sede del Congreso Nacional.
Por: José Pedro Martins
Fuente: Noticias Aliadas:
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http://www.noticiasaliadas.org
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